Entrevista

Kevin Kline es la clase de actor que piensa en voz alta con su cuerpo. Y lo que su cuerpo dice usualmente es gracioso... En persona, Kline proyecta un poco de ese personaje dinámico y ampuloso que es su marca registrada como actor.

-¿Siempre fuiste un buen actor?

-Era terrible al principio. Todos me alentaban a continuar con la música. Eventualmente fui mejorando cada vez más...

-¿Tenés en mente hacer películas?

-Creo que todo actor norteamericano quiere ser una estrella de cine.

-¿Qué es lo que más te gusta de ser actor?

-Vivir por unas horas al día en un plano muy excitante, más intenso. Lograr colocarme en aquellas situaciones que trascienden la vanalidad de la existencia cotidiana. Llegar a convertirte en el rey de Inglaterra, matar a tu hermano, a su hijo y a tu esposa. Estar tan enloquecido con el poder enfermo con tu propia aversión, que se convierte en una clase de fuerza positiva, una fuerza irresistible. Es muy tarde ahora para saber si podría encontrar esa clase de excitación si todos viviéramos nuestras vidas plenamente como deberíamos, o si lo necesito porque no estoy viviendo a pleno como debería.

-¿Alguna vez pensaste en abandonar?

-Oh sí. A veces pienso que vi suficiente de mí... Detesto repetirme. Es inevitable si sos actor repetir ciertos aspectos tuyos. Pero a veces me aburro de mi actuación y creo que no tengo lo suficiente en mi mente para ser interesante cada vez. Siempre respeté a quienes abandonan. No es que esté pensando en retirarme este año. Mucho de ese miedo es neurótico. Esa neurosis puede ser buena ... Hace que no te vuelvas perezoso y repetitivo.

- También es una forma de vida agónica. A veces tenés que esperar seis meses, uno, dos años entre un trabajo y otro ¿Qué hacés, a menos que seas un ávido pescador o astrónomo? Yo tengo un piano, eso ayuda ... Desafortunadamente me defino por mi trabajo ... Y cuando no estoy trabajando, una parte de mi muere.

Fecha del reportaje: 1986-1987

Cortesía de Kevin Kline Online

Traducción: kkee

© 1999 Kevin Kline en español